Esta historia la cuenta Rosa María Guerrero Marquez...
No puedo creer lo oscuro que es este mundo, lo desconocido, el lado insano del mundo...
Yo
tenía 19 años, estudiaba Ingeniería en la Universiad Autónoma
Metropolitana del Distrito Federal, todos los días me despertaba a las
6:00 am, me alistaba, me cambiaba y me iba a la universidad, como yo no
tenía auto alguno tomaba el metro, al terminar la jornada de estudios a
las 9:00pm tomaba de nuevo el metro de regreso pero como mi casa quedaba
muy lejos, duraba a veces hasta 4 horas para llegar a la estacion más
cercana de mi casa.
Todo iba normal, los días pasaban y cada vez me acostumbraba más a mi nueva vida cotidiana...
Una
oscura noche, después de estudiar, cansada y dormilienta, tomé el metro
como de costumbre, había 3 personas sentadas frente a mí, por lo
regular a esas horas nunca me encuentro con nadie en el metro, pero ese
día fué una excepcion, me senté frente a esas personas, a lso extremos
había 2 hombres, uno de ellos con una tupída barba, llevaba un traje
elegante color café que se veía que le quedaba grande, el otro era un
hombre calvo, con lentes, era muy rebusto y tenía un bigote muy
tupído... La mujer... nunca la olvidaré en el resto de mi vida... La
mujer era hermosa, su cabello era rubio dorado, tan brillante que
parecía reflejar la matinal luz de la cabina, llevaba una falda no muy
corta ni muy larga de color gris oscuro, unas hermosas zapatillas
negras, y sus ojos... los ojos lo que más se me grabó de su maldito
rostro... unos hermosos ojos azules... Cuando me senté justo frente a la
mujer, noté que esta no dejaba de mirarme, sus ojos sin brillo me
miraban fijamente cosa que me incomodó un poco al principio... Pasó 5
minutos... después pasaron 10... y la mujer no dejaba de mirarme, cosa
que me empezó a incomodarme más y a ponerme nerviosa, así que decidí
sacar un libro que llevaba en mi mochila, a mi me gustaba mucho la
lectura así que, como no me animaba a dormirme como de costumbre en el
metro por la mujer, decidí ponerme a leer.
Pasaron 2
horas y yo seguia leyendo, se me había olvidado por completo la mujer
que tenía en frente, hasta que decidí mirar de reojo a la mujer... ¡No puede ser!,
Pensé, la mujer seguía mirándome con sus ojos sin vida y lo que es
peor, su postura no había cambiado, 2 horas y 15 minutos y la mujer no
dejaba de mirarme, me daban unas inmensas ganas de decirle "¿¡Que me vez!? ¡Deja de mirarme!"
pero no me animaba, así que decidí seguir leyendo aunque ya no me podía
concentrar... Justo en eso, el metro se detuvo en la antepenúltima
parada antes de llegar a mi destino, las puertas se abrieron lentamente,
y un hombre entró, era alto y delgado, de piel oscura y usaba lentes,
se sentó junto a mí "Maldición", Pensé, "Ahora no solo me
preocuparé de la mujer, tendré que cuidarme de este hombre, no vaya a
ser un pervertido y se quiera pasar de listo conmigo", en definitiva, ya no pude volver a concentrarme en mi libro...
Pasaron
45 minutos, y la mujer no había dejado de mirarme, entonces volté a ver
a los otros 2 hombres que estaban junto a la mujer, uno de ellos se
veía muy nervioso y transpiraba mucho; El metro llegó a la Penúltima
parada antes de llegar a la estación donde yo debía bajar, el hombre que
estaba sentado junto a mí, acercó lentamente sus labios a mi oido, y
con una voz discreta y tenue me susurró "No muestres ninguna emocion a lo que te voy a decir, y no me respondas, ven conmigo corres mucho peligro aquí" sus
palabras me dejaron sin aliento, pero intenté no demostrar que tenía
miedo, así que le hice caso y me bajé del metro junto con él,...
-Se que te va a parecer increible... ¿Viste a esa mujer que estaba en medio de esos hombres?- Me dijo el extraño hombre.
-Como no verla, si la maldita no despegó su vista de mí en todo el camino... -Le respondí extrañada de lo que me decía-
-Bueno, pues esa mujer... Estaba muerta...
-¿¡Que!?
-Si como lo oyes.
-¿Pero como lo sabes? ¿Como dices declaraciones tan fuertes? -Le pregunté temorosa.
-Llevo
12 años trabajando de médico Forence, y creeme que eh visto muchos
cadáveres, y esa mujer tenía exactamente los mismos razgos de un muerto,
su aspecto gris y sus ojos sin brillo y fríos, su mirada penetrante ...
- No puede ser... Entonces los dos hombres que estaban junto a ella...
-Los
hombres que estaban junto a ella estaban muy nerviosos, se veía
claramente que la mujer se iba a caer para el frente, ellos la estaban
agarrando para que no se cayera, pero tarde o temprano cedería... Y
quien sabe Dios... ¿Que te hubieran hecho si los hubieras descubierto?